Con todos ustedes, Álvaro Rodríguez
El lateral se destapa para liderar a un Real Murcia que se impone al Mérida en un partido el que de poder golear en la primera parte se pasa a pedir la hora
Chumbi pasa de marcar el tanto de la victoria a ser expulsado cuando estaba en el banquillo.
Hay fenómenos meteorológicos que en unos segundos pueden ser devastadores. Uno de los más peligrosos es el tornado. En un visto y no visto, estos remolinos pueden arrastrar todo lo que surja a su paso, para tal como llegan desaparecer o cambiar de dirección. Con velocidades que pueden rozar los quinientos kilómetros por hora en su interior, desplazándose a más de doscientos, pueden levantar una casa, hacer volar un coche o acabar con cualquier vida humana en apenas un segundo.
No es España una zona proclive para los tornados. Pero ayer, en Nueva Condomina, se levantó un remolino de aire que, de tener nombre como los huracanes, se llamaría Álvaro y se apellidaría Rodríguez. El lateral del Real Murcia, futbolista que cuando este verano se incorporaba a la entidad grana apenas acumulaba unos cuantos minutos en Segunda B, es de los ‘novatos’ en la categoría que forman parte de la plantilla murcianista el que mejor está respondiendo.
La apuesta de Adrián Hernández por una defensa de tres, con los carrileros campando a sus anchas, beneficia especialmente a un Álvaro Rodríguez que por momentos parece tener cuatro pulmones. El lateral-extremo, que lleva desde la jornada uno mostrándose regular, ha ido creciendo en detalles, hasta destaparse ayer ante un Mérida al que al cuarto de hora ya había puesto del revés.
No tiene el madrileño competencia en la banda derecha. No fichó el Real Murcia a un segundo jugador para esa posición. Confió Julio Algar en la promoción de un Bertomeu que de momento se conforma con jugar en el Imperial a la espera de la llamada de un Adrián Hernández que no le tiene entre sus favoritos. Tampoco le ha hecho falta al entrenador grana. Álvaro Rodríguez le está solucionando perfectamente la papeleta, resolviéndole cada vez más problemas. Ayer, ante un Mérida que llegaba a Nueva Condomina como colista en la clasificación y con nuevo entrenador, el lateral de Leganés brilló durante 45 minutos, impulsando a sus compañeros y guiando un periodo en el que de no ser por las intervenciones de Javi Sánchez, los murcianistas podrían haberse marchado al vestuario con una goleada a su favor.
Si hasta el momento la velocidad y la eterna presencia de Álvaro Rodríguez contrastaba con sus errores en la toma de decisiones, ayer mantuvo sus virtudes y mejoró sus defectos. Rompió al Mérida por la derecha, multiplicando las llegadas de los granas y haciendo las delicias de jugadores como Chumbi y Víctor Curto, encantados de que los balones llegasen al área a pares.
Al cuarto de hora, con el Real Murcia volcado por la derecha, el 0-0 del marcador era engañoso. Iván Pérez y Chumbi ya habían desperdiciado ocasiones clarísimas para adelantar a los granas. No necesitaban los murcianistas más estrategias que las de las cabalgadas del ex del Lorca FC. Unas veces buscando el apoyo de Peque, en otras sirviéndose de las ayudas de Manolo y algunas simplemente centrando, en cada acción de peligro estaba presente Álvaro Rodríguez. Y como no podía ser de otra manera, el madrileño tenía que estar en la jugada del gol. Tras cabecear un balón centrado por Manolo, encontró a un Chumbi que se hizo hueco entre la débil defensa visitante para abrir el marcador. El 1-0, que llegaba justo después de que Lejárraga hubiese evitado un claro disparo de Diego del Castillo, hacía presagiar que el Real Murcia viviría un partido muy parecido al del Villarrobledo.
Pero nada de eso se hizo realidad. Y no se hizo realidad por dos motivos. El primero porque Javi Sánchez, como los cazadores de tornados, se adentró en la tormenta que había formado Álvaro Rodríguez para dar la tarde a Chumbi y a Víctor Curto. De todos los colores las sacó el meta del Mérida, que fue el único que se salvó de su equipo en la primera parte. El segundo motivo de que el Real Murcia acabase pidiendo la hora fue el miedo que fue trasladándose del césped al banquillo.
Con un Álvaro Rodríguez más sujeto, sin tantos espacios para lanzarse a la carrera, y sin otras opciones, porque Iván Pérez desahoga menos que una pared y porque Adrián Hernández no encuentra en su manual otros recursos que no sean los balones colgados por la banda, el Real Murcia se fue encerrando sin necesidad de que el Mérida enseñara músculo. Tardó Diego Merino en darse cuenta de la debilidad grana por la izquierda, donde Iván Pérez ni ataca ni defiende y donde Edu Luna es más un enemigo que un amigo. Solo salva al central que está bien protegido por Antonio López y que en los últimos partidos los granas se han enfrentado a equipos que viven en crisis y que apenas han asediado el área de Lejárraga.
Fue tal el bajón de los murcianistas, que, casi sin sufrir, dieron sensación de poder ceder la victoria. El Mérida, que pudo poner el empate pero que el colegiado anuló el gol por fuera de juego, tampoco tenía demasiados recursos para hacer temblar a nadie. Ya se vio hace una semana cuando los emeritenses encajaban un duro 1-3 ante un Villarrubia que tampoco es de lo mejorcito de la categoría.
Sin embargo, el Real Murcia perdió los papeles en la segunda parte, dejando ver todas esas carencias que asustaron en los primeros partidos.
Con los delanteros desconectados, sin extremos, con Peque perdido en tierra de nadie, con un centro del campo incapaz de tomar el control y sin la chispa de Álvaro Rodríguez, que había sostenido todo el fútbol ofensivo en la primera parte, el Real Murcia bajó a la tierra. Cualquier tornado anterior había desaparecido.
Intentó solucionarlo Adrián Hernández, pero más que animar a los suyos a superar el miedo, los llevó al centro del miedo. Quitando todos los recursos en ataque, el técnico murcianista fue multiplicando las piezas en defensa, haciendo que el equipo cada vez se encerrara atrás, aunque, también es cierto, que apenas se sufrió. Sustituyó Juanma a Curto, aunque el murciano no estuvo fino en los minutos que jugó; dio entrada a Dorrio cuando vio que la banda izquierda se le había ido a Iván Pérez de las manos, si es que en algún instante la tuvo controlada; y se cargó a los dos delanteros apostando solo por Marcos Legaz cuando el marcador era muy corto como para renunciar al ataque.
Solo quedaba pedir la hora, que todo acabase como estaba, pero hasta sin casi pretenderlo, el Real Murcia tuvo ocasiones hasta el final. Como esas colas de la tormenta que pueden dejar algún chaparrón suelto, Meseguer se volvió a cruzar con Javi Sánchez y Antonio López estrelló un balón en el palo. No se movió el marcador. El tornado, del primer tiempo, había sido suficiente para acabar con el Mérida.
FICHA DEL PARTIDO
Real Murcia: Lejárraga, Álvaro Rodríguez, Armando, Antonio López, Edu Luna, Iván Pérez, Manolo, Víctor Meseguer (Dorrio, 80), Peque, Chumbi (Marcos Legaz, 83) y Víctor Curto (Juanma, 66).
Mérida: Javi Sánchez, Mario Gómez, Álex Jiménez, Diego del Castillo, Curro, Gaspar, Mena (Dani Espinar, 77), Javi Chino, Cristo (M. A. Espinar, 77), Héctor y Santi Villa (Obama, 69).
GOL: 1-0. Min. 18: Chumbi.
ÁRBITRO: Ruiz Aguilera. Amonestó con amarilla a los locales Víctor Meseguer, Chumbi y Edu Luna, y a los visitantes Álex Jiménez, Cristo y Javi Chino. Expulsó a Chumbi cuando ya estaba en el banquillo
ESTADIO: Nueva Condomina. 5.591 espectadores.