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cronicas

Jornada 31: UD Melilla 2-2 Real Murcia CF

Dos graves errores defensivos condenan al empate a un Real Murcia que a los quince minutos ganaba 0-2 en un campo siempre complicado como el del Melilla.

Nos habían metido miedo con el viento. Pero el viento apenas apareció ayer en el Álvarez Claro de Melilla. Nos habían avisado del mal estado del césped. Pero la hierba apenas importó a un Real Murcia que a los quince segundos ya se había adelantado en el marcador. Habíamos recordado incluso que de catorce visitas a la ciudad autónoma, los murcianos solo habían logrado una victoria. Pero Ganet y Zeidane nos enseñaron que las estadísticas están para romperlas.

Con dos goles en un cuarto de hora, el primero a los quince segundos de que el colegiado señalase el comienzo del partido, el Real Murcia despejaba de un plumazo todas esas excusas que siempre son válidas para endulzar un mal resultado en la visita al campo melillense. Con dos goles, el primero tras un latigazo de Ganet y el segundo después de una acrobática asistencia de Andrés Carrasco a Zeidane, el Real Murcia más ofensivo de la temporada daba argumentos a los aficionados con vista a los próximos play off de ascenso. Con dos goles sin apenas remangarse, el Real Murcia se afianzaba en el tercer puesto demostrando que los enemigos son menos enemigos cuando te atreves a hacer cosas distintas.

Pero al Real Murcia que no le pesó el viento porque el viento apenas corrió, o el Real Murcia que se adaptó al mal estado del césped gracias a la calidad de jugadores como Julio Gracia, Ganet, Javi Saura o Zeidane, fue el mismo Real Murcia al que le condenaron sus graves errores en defensa.

Porque si el Real Murcia no sacó ayer los tres puntos del Álvarez Claro de Melilla fue porque el Real Murcia se autoagredió con dos fallos groseros que aprovecharon los locales para igualar el marcador antes del descanso.

Porque el gol que metió a los de Rivera en el partido llegó tras un mal despeje de Alberto López que permitió a Del Campo dibujar una preciosa vaselina para batir a un Serna adelantado. Y porque el tanto que significó el 2-2 volvió a dejar señalados a los mismos futbolistas granas. A un Alberto López que no supo sujetar a Fran Núñez y a un Serna mal colocado que volvió a ser testigo privilegiado de otro bonito gol.

El lateral grana, que tanto le había dado al equipo desde su llegada en noviembre, y el meta murcianista, que hace solo quince días salvaba a los suyos deteniendo un penalti frente al Hércules, serán hoy los grandes señalados, pero los fallos defensivos que se vienen repitiendo en las últimas semanas y que han hecho que los granas pierdan esa solidez que tantos puntos les ha dado a lo largo del campeonato van mucho más allá del portero o de los defensas. Esos fallos o esos despistes coinciden con un tramo del campeonato en el que Mario Simón, acuciado por las urgencias y por la necesidad de victorias, se ha olvidado del músculo en el centro del campo para apostar por la creatividad. Porque sin un pivote como Armando o como Athuman y con un Ganet con absoluta libertad, pero que a veces pierde el criterio, Julio Gracia no da abasto.

Da igual que sea el que más kilómetros acumule en sus piernas cada partido o que le siente hasta bien el mono de trabajo, con Ganet y Saura mirando solo hacia arriba y con el sevillano sin ayudas, el Real Murcia es desbordado, una inferioridad que también aparece por bandas, donde Zeidane no destaca por los apoyos o donde Santi Jara está en plena etapa de búsqueda de sí mismo.

Así, el mismo sistema que aporta alegría, que te ayuda a mandar en el marcador con dos goles en quince minutos, que permite sumar elogios a Saura, Ganet y Zeidane, es el mismo sistema que condena a futbolistas como Alberto López, Mario Sánchez, Alberto González o Pedreño. Porque sin escudo de protección en el centro del campo, la zaga grana pierde esa ferocidad que tantas veces ha permitido mantener la portería a cero.

Y no pudo quedar mejor reflejado en el Álvarez Claro. Con un once valiente, el Murcia ganó gol y control del balón; pero con ese mismo once, ante cualquier pérdida, muchas de ellas por la insistencia de conducir en exceso, la retaguardia hace aguas por todas partes.

Con un Mario Simón sabedor de que esta plantilla no da para conseguir el equilibrio defensa-ataque, el técnico grana tendrá ahora que decidir si recuperar el corsé que da tranquilidad atrás, pero que limita la verticalidad del equipo; o si mantiene esta versión valiente que nos regala goles y chispa, pero que te expone a recibir más de lo que te gustaría.

De momento, las buenas sensaciones dejadas ayer durante muchos minutos fueron ensombrecidas por dos fallos defensivos que al final acabaron marcando un partido que se volvió gris en la segunda parte. Ni la vuelta de vestuarios ni los cambios ayudaron al Real Murcia a volver a poner en aprietos a Pol Ballesté. Con un Zeidane sin inspiración y con Javi Saura y Ganet sin conectar con Andrés Carrasco, las ocasiones no llegaban en los pocos avances visitantes. Y, asustados por lo poco que había conseguido el Melilla en sus dos acercamientos, nadie sabía si arriesgar o guardar la ropa.

Parecía querer más Mario Simón cuando metió a Dani García y Pablo Haro, pero el Real Murcia hacía mucho tiempo que había dejado escapar la victoria en el Álvarez Claro. Y por suerte solo el triunfo cayó en saco roto. Porque el empate del Hércules en El Rubial ante el Águilas permite, por ahora, mantener la tercera plaza.

Mario Simón, preocupado por los errores defensivos que se repiten
Está el Real Murcia en la fase más importante de la temporada. Primero deberán intentar entrar en el play off como terceros y después se jugarán el ascenso a Primera RFEF en dos eliminatorias. Por eso, a Mario Simón le preocupan los errores defensivos que su equipo está acumulando en las últimas jornadas, y que ayer impidieron lograr la victoria en Melilla. «Tenemos que saber que entramos en una fase en la que los detalles te pueden hacer ganar o perder. Nos estamos jugando mucho y llevamos dos o tres partidos en los que no estamos controlando esos detalles», decía el técnico grana en rueda de prensa. Recordando los fallos que permitieron adelantarse al Hércules o el despiste que facilitó el gol del Puertollano, Simón lamentó que ayer volviera a ocurrir, permitiendo «al Melilla meterse en el partido cuando lo teníamos controlado».

«Estoy contento con el encuentro realizado por el equipo, pero me voy con una sensación mala porque dos detalles han permitido que el rival se meta en el partido. Tenemos que controlar eso, sobre todo por la fase en la que estamos y por las cosas a las que aspiramos. Detalles como estos te pueden costar muy caro».

Mario Simón no quiso dar el punto como positivo. «Hemos tenido ocasiones para poder lograr mucho más», decía, insistiendo en que hay que «controlar esas situaciones que nos han hecho sumar un solo punto».

Para el técnico, esos dos errores defensivos cuando el partido estaba encarrilado hicieron que el Melilla «creyese en sus opciones de ganar» y que al Real Murcia le dejase «tocado».

Fuente: La Opinión de Murcia.

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