El Real Murcia solo empata ante el colista Calahorra (1-1)
Un gol de Javi Rueda en la segunda parte salva a un equipo grana que regaló la primera parte y al que su reacción no vale para conseguir la victoria
No ha podido ganar el Real Murcia en el campo del colista Calahorra. Han tenido que conformarse los granas con un punto en un partido que se puso cuesta arriba en la primera parte, cuando Baselga adelantó a los locales y castigó a los murcianistas por el mal planteamiento realizado del partido. Ya en la segunda parte, con los de Pouso dando un paso atrás, los murcianistas se sintieron cómodos con el balón y en un córner llegaba el gol del empate en un remate de Javi Rueda.
Cuando a Mario Simón le da por hacer cambios raros, no hace falta ni que comience el partido para que el nerviosismo empiece a aparecer en la piel de los murcianistas. Ha ocurrido otras veces y sucedió este sábado en la previa del encuentro entre el Calahorra y el Real Murcia. Solo hacerse pública la alineación y la mayoría ya sabían que había más posibilidades de que sucedieran cosas malas que buenas. Y, a los pocos minutos, ya se había confirmado. Porque, aunque el marcador no se movió a favor de los locales hasta el tramo final del primer tiempo, esos cuarenta y cinco minutos dejaron mucho que desear en un bando grana totalmente patas arriba.
¿Y cuál fue esa combinación que se sacó de la manga Mario Simón? Pues una tan inesperada que posiblemente al cuarto de hora hasta el propio técnico grana ya se cuestionaba por qué había apostado por ese movimiento. Y es que el preparador madrileño del Real Murcia dejó en el banquillo a Ale Galindo para dar la alternativa a Iván Casado. Un central tenía que actuar en el centro del campo sin necesidad alguna, solo porque así lo había decidido el ‘jefe’ del vestuario, y el experimento costó tanto asimilarlo que el Real Murcia era incapaz de sacar el cuello durante toda la primera parte.
Un Murcia totalmente roto
Porque en el primer tramo en La Planilla se vio a un Real Murcia completamente roto. Un Real Murcia en el que parecía no existir el centro del campo. Un Real Murcia al que el colista superaba una y otra vez para plantarse demasiado fácil en el área de Joao. Solo la debilidad o la falta de acierto de los atacantes locales salvaba a los murcianistas del desastre.
Mientras Alberto González y Piña intentaban sobrevivir cómo fuera, ni Rueda ni Alberto López (este último también novedad en el once) hacían tapón en sus bandas, y el Calahorra, liderado por Baselga y con Davo e Ibarrondo como hombres más activos, apretaba, apretaba y apretaba, minimizando al máximo a los murcianistas.
Solo salvaba a los visitantes la timidez en los remates locales. Eso les daba vida, porque lo demás era nulo. Solo había que ver la falta de ideas. O a lo mejor no es que fallaron las ideas. A lo mejor es que el único plan era dar pelotazos a la espera de que alguien arriba salvara la papeleta. Pero Alfon, Arnau, Pedro León y Toril estaban tan desconectados del resto del equipo, que ni así había forma.
Fue a la media hora cuando apareció el Real Murcia y cuando se demostró que con muy poco se podía hacer daño al Calahorra. Solo había que hacer entrar en el partido a jugadores de calidad como Alfon o Arnau Ortiz hasta ese momento prácticamente anulados más por el plan de Mario Simón que por la fortaleza de los locales.
Baselga castiga el mal primer tiempo de los granas
Avisó Alberto Toril de que el Real Murcia ahora puede hacer daño a la mínima y la tuvo Iván Casado tras rematar un córner. No llegó el gol para el Real Murcia. Pero sí llegó para un Calahorra que al borde del descanso obtuvo el premio que tanto buscaba. Baselga, después de muchos intentos, se probó desde la frontal, sacándose un disparo ante el que Joao no pudo hacer nada.
Lo mejor que podía pasar era que el colegiado señalase el final de la primera parte y que el Real Murcia se marchase al vestuario a recapacitar, porque solo recapacitando podría sobrevivir en el campo de un colista que le había dado el susto en apenas 45 minutos.
No modificó nada Mario Simón. Pero pronto se vio que las cosas iban a ser diferentes. Con el Calahorra dando un paso atrás, el Real Murcia empezó a sentirse más cómodo con el balón. Y si esférico estaba en las botas de los granas, solo faltaba hacer entrar en juego a futbolistas habilidosos como Alfon, Arnau Ortiz y Pedro León.
Un paso al frente de los granas
Empezó a funcionar la maquinaria grana y empezaron a empujar sobre el área de Limones. Y ese era el mejor camino para dar la vuelta a la situación. Cada balón que llegaba al área, era una ocasión para Alberto Toril, pero el mallorquín no fue el encargado de abrir el marcador. Porque el gol llegó en una acción de estrategia. Otra vez el Real Murcia sacaba petróleo de un córner lanzado por Pedro León. Servía el muleño y remataba un Javi Rueda que sorprendía a todos y batía a Limones para poner el 1-1 en el marcador.
No se conformó el Real Murcia con un punto ante el colista. Quiso más. Y quiso más porque tiene futbolistas para querer más. Teniendo el control absoluto, metiendo al Calahorra en la cueva, el Real Murcia empujó todo lo que pudo. Arnau Ortiz hacía méritos para consolidarse en el once, pero no encontró puerta en sus intentos; también Alfon abrió vías, sin embargo el Calahorra se defendía como gato panza arriba.
Mario Simón fue elevando la apuesta. Ganet aparecía y hacía que muchos confiaran en uno de sus zapatazos, también saltaba Loren Burón y debutaba Dani Romera en los últimos minutos, pero el marcador ya no se movió. Es lo que pasa cuando llegas tarde a los sitios, al final es muy complicado recuperar el tiempo perdido.
Fuente: La Opinión de Murcia