Victoria trabajada y sufrida del Yeclano Deportivo ante el Sevilla Atlético (1-0) en un partido como la noche, bastante frío. Si bien los de Sandroni no dieron prácticamente opciones realizando una tarea sobria, la afición acabó pidiendo la hora.
El Yeclano arrancó el choque con bastante solvencia y regularidad pese a no estar acostumbrado a jugar tres partidos por semana. Sin finalizar con tanta frecuencia como habitualmente, Rafa remató alto el primer córner y Alayeto provocó varias acciones peligrosas adelantándose a Kibamba. El Sevilla Atlético, pese a estar incómodo en todo momento, tuvo un disparo de Mena desde el pico del área.
Pero el conjunto de Sandroni se caracteriza por su pegada, y en el ecuador del primer acto no iba a perdonar una espectacular internada de Mario Sánchez por la derecha, quien la puso al punto de penalti, donde Alayeto controló y asistió de cara a un Álex Vaquero que fusiló abajo llegando desde atrás.
Con el 1-0, el partido estuvo en la siguiente acción, cuando Serna realizó un auténtico paradón en dos tiempos abajo en disparo de gol de Iván, dotando de esos minutos importantes para consolidar tras marcar. Los hispalenses bajaron entonces algo el ritmo y sin demasiadas alegrías pero con solvencia el Yeclano finalizó bien la primera parte incluso con un pase peligroso de Vaquero desde la banda que no pudo aprovechar Alayeto.
La segunda parte fue probablemente la más fea de las hasta ahora vividas en La Constitución, con un Yeclano mermado físicamente por el esfuerzo del sábado ante el Elche y las numerosas bajas, pero que lo dio todo para hacer bueno el gol. Rashiti tuvo un remate fuera por muy poco cuando la pinchó de maravilla, y Héctor Camps remató una falta lateral que Alfonso rechazó con apuros.
Llegaron entonces minutos muy ásperos, donde el equipo de Sandroni frenaron ritmo ante las intentonas sin demasiada fe del filial sevillista. Tonete en una contra de Alayeto y un balón puesto por Vaquero al corazón del área fueron las dos llegadas más peligrosas en unos minutos finales donde el colegiado fue el mayor protagonista con faltitas que desesperaron al graderío pero que no amenazaron la reducida renta.
Extraído de la Opinión.