Real Murcia: Houston, tenemos un problema
El Real Murcia da un paso hacia atrás al perder frente al Sanluqueño en un partido horroroso y trae de vuelta todos los defectos que le condenaron en las primeras jornadas ligueras
¿Qué harían ustedes si sufren un proceso gripal? La respuesta es fácil. Irían al médico. ¿Y qué harían a continuación? Tampoco es difícil de contestar. Simplemente atenderían las instrucciones y seguirían estrictamente la medicación que el facultativo les recete. Si el diagnóstico es el correcto y el tratamiento el adecuado, apenas tardarán unos días en recuperarse al cien por cien. Todo parece sencillo salvo que el resfriado afecte a la defensa del Real Murcia. Llevan los granas sintiéndose mal desde principios de temporada. Los síntomas siempre son los mismos. La banda izquierda es un auténtico coladero. Por esa zona habían llegado hasta ayer cinco de los diez goles recibidos por los murcianistas. Hoy, tras el partido frente al Sanluqueño, esa cifra aumenta hasta siete de doce. Solo hay que ver los partidos para darse cuenta. Si, por algún motivo, alguien anda despistado, solo tiene que ponerse los partidos repetidos y analizarlos pulsando cada vez que haga falta el botón de rebobinado.
‘Pause’, ‘play’, rebobinado… Así una y otra vez. Podrían tropezar una vez en el mismo error. Dos si son muy despistados. Pero pocos de ustedes llegarían a la jornada 10 sin ser capaces de poner un remedio, aunque sea casero, a un síntoma que está más que detectado. Pues no. Como siempre es necesario una excepción que confirma la regla, Adrián Hernández es esa excepción. Ayer, en Nueva Condomina, el Real Murcia recibió dos goles y los dos llegaron por una jugada iniciada en la banda izquierda de los murcianistas. Una zona por la que hace una semana abría el marcador el Don Benito; un camino que el San Fernando utilizó para encarrilar su victoria; un territorio que fue descubierto por el Cádiz -por ahí llegó la remontada de los gaditanos- y que copió el Algeciras.
Un día sí, y otro también, el Real Murcia agranda su cuenta de goles encajados por la desnudez que aparece en una banda izquierda en la que a Kevin le desahuciaron en tres jornadas, en la que Iván Pérez nunca está en su sitio cuando hay que echar una mano en defensa y en la que Edu Luna tiene que comerse, casi siempre sin éxito, todos los marrones de sus compañeros.
Parecía que Adrián Hernández había realizado un diagnóstico correcto en el partido frente al Mérida. Lo dijo el técnico grana en la rueda de prensa posterior al choque. La salida al terreno de juego de Dorrio en la segunda venía a corregir la debilidad defensiva de Iván Pérez. La medicina ayudó al enfermo, que ese día pudo salvar el 1-0. Pero nadie más supo nada de ese tratamiento. Ante el Don Benito y frente al Sanluqueño, Adrián Hernández se mantuvo en sus trece. No solo mantiene a Iván Pérez en el once titular sino que además le da barra libre por banda, cuando cada subida del murciano -que en diez jornadas no ha conseguido dejar ningún detalle en ataque- se convierte en una puñada por la espalda del Real Murcia.
Mientras que el entrenador murcianista sigue mirando para otro lado, cada técnico rival pone especial atención en una debilidad que ya ha costado demasiados puntos. Ayer, Abel Gómez no iba a ser distinto.
Llegó el Sanluqueño a Nueva Condomina con un plan. Algo que nunca tuvo el Real Murcia. Y le salió de lujo. Con una gran defensa, Abenza se colaba a veces entre los centrales aumentando a cinco las fichas en la zaga, a las que había que sumar un centro del campo bien nutrido. Amordazó rápidamente a los murcianistas y en la primera oportunidad que pudo golpear, se puso por delante en el marcador. Todo comenzó con un saque de banda -no es necesario a estas alturas que les diga que por la izquierda de los granas-, varios rechaces y un balón que llega al lado contrario, donde Luis Madrigal, uno de los futbolistas más destacados de los visitantes, sirvió para que Geijo se adelantase a toda la defensa y batiese a Tanis a placer. Sí, a Tanis, porque Lejárraga se quedó en el banquillo al tener unos problemas musculares en el calentamiento.
Volvía el meta vasco y volvían los goles a las primeras de cambio. No tuvo ninguna responsabilidad el ’13’ murcianista en la jugada del 0-1, pero es tanta la inseguridad que transmite -se multiplica por minutos- que el Sanluqueño sin necesidad de pisar el área ya generaba peligro.
El 0-1 llegaba en el minuto 19, en la primera ocasión de los visitantes, en la primera jugada de ataque de los de Abel Gómez. El gol no hirió en su orgullo al Real Murcia. En una vuelta a las andadas, empeñándose en confirmar que el verdadero Real Murcia es el de las primeras jornadas, los murcianistas igualaron sus peores primeras partes. No había ideas, ni velocidad ni verticalidad. Los granas se perdían en discutir con el colegiado y en patalear cada vez que un rival se tiraba al terreno de juego, y mira que lo hicieron los gaditanos. Poco más. Por no haber no hubo ni orgullo en esos minutos. Sin embargo, Peque pudo poner el empate en el marcador con un disparo desde la frontal que se estrelló en el palo. También tuvo su palo el conjunto andaluz. En la segunda llegada a la meta de Tanis, Nueva Condomina se puso a temblar. Y si no fue la cosa a peor fue porque Luis Madrigal falló lo infallable. En otra entrada por banda izquierda, David Segura centraba para que el ’17’ del Sanluqueño se estrellara con el larguero. Mientras que la zaga andaba agradeciendo el favor divino, al jugador le dio tiempo a recuperar el rechace y rematar fuera cuando lo tenía todo a favor.
Lo mejor que podía pasar al Real Murcia era que llegase el descanso. Le sentó bien el paso por vestuarios a los granas. Adrián Hernández movía ficha sacando a Álex Melgar, que esta vez no fue su salvador. Se vino el equipo arriba, buscó continuamente la portería defendida por Isma Gil, inédito casi todo el partido, pero una vez más se autolesionó. Sin que nadie pusiese cordura, ya sea en el terreno de juego, ya sea en el banquillo, los granas perdieron la cabeza. Se lanzaron al ataque y olvidaron las espaldas. Se veía venir. Solo había que ver el descontrol que había en el terreno de juego. Los murcianistas hacían cada uno la guerra por su cuenta, nadie se paraba a pensar cuál era el mejor camino o si había alguien en el área antes de centrar.
La afición se olvidó de los defectos e intentó relanzar a los suyos, pero lo único que pasó es que el Sanluqueño dio la puntilla. Cambio de orientación de Antonio Jesús, vacío por la izquierda en otro despiste de Iván Pérez y Edu Luna y gol de David Segura.
Se metió el Murcia en el partido con un gol de Chumbi de penalti, pero ni había plan ni estrategia ni cordura. Cuando Armando fue expulsado a falta de diez minutos, la locura todavía fue mayor. Mientras que el Sanluqueño defendía cómodamente, los granas, como esos ejércitos que no tienen un general que les guíe en la batalla, disparaban al aire. Malas decisiones, centros sin sentido, pérdidas de balón… No, no se están confundiendo, esta crónica no es de la jornada 4, es de la jornada 10, pero nadie en el banquillo grana es capaz de corregir un problema que está más que diagnosticado.
FICHA DEL PARTIDO
Real Murcia: Tanis, Álvaro Rodríguez, Armando, Antonio López, Edu Luna (Andy Escudero, 71), Iván Pérez, Manolo, Víctor Meseguer, Marcos Legaz (Álex Melgar, 46), Peque (Dorrio, 80) y Chumbi.
Sanluqueño: Isma Gil, Navas, Luis Martínez, José Romero, Álex Cruz, Mario Abenza, Nando Quesada (Guille, 63), Luis Madrigal (Peter, 83), David Segura, Antonio Jesús y Álex Queijo (Darío Guti, 71).
GOL: 0-1. Min. 19: Geijo. 0-2. Min. 58: David Segura. 1-2. Min. 70: Chumbi, de penalti.
ÁRBITRO: Fernández Vidal. Amonestó con amarilla a los locales Chumbi, Antonio López, y a los visitantes Geijo, Luis Martínez, Álex Cruz, Luis Madrigal. Expulsó a Armando en el minuto 79.
ESTADIO: Nueva Condomina. 6.500 espectadores.
Los granas se lo ponen muy fácil a un rival que solo necesita tirar tres veces a puerta.