El Real Murcia descubre ante el Granada B la importancia del gol
Dos aguijonazos cuando el partido entraba en la recta final son suficientes para que los granas sumen su primera victoria ante un equipo nazarí que hizo aparecer el nerviosismo al adelantarse en el marcador
Dicen que el gol se paga. Y los que lo dicen suelen acertar. Pero lo que lo dicen llevan años sin gobernar al Real Murcia. Porque en el Real Murcia acumulábamos temporadas y temporadas sin hacer un esfuerzo económico para firmar jugadores que marcaran las diferencias. Porque en el Real Murcia, los mismos que ahora aplaudirán el dispendio excesivo de Felipe Moreno, son los mismos que hasta hace no mucho insistían e insistían hasta el aburrimiento en la necesidad de las plantillas ‘low cost’.
Pues mientras que esas plantillas ‘low cost’ hubieran perdido ayer ante el Recreativo Granada en 99 de cada 100 enfrentamientos, el Real Murcia de ‘primera clase’ construido este verano sumó sus primeros tres puntos de la temporada. Y lo hizo jugando mal, muy mal. Sin ser capaz de dar dos pases seguidos durante la mayor parte del partido. Sin criterio, sin protagonismo. Pero lo hizo porque tiene jugadores que marcan las diferencias, tiene jugadores que están entre los mejor pagados, y, por si siguen mirando para otro lado, les repito que el gol se paga.
Porque cuando Rodri Ríos apareció en el primer palo para rematar a gol un centro de Marc Baró que significaba el 1-1, los aficionados empezaron a olvidarse de todo lo negativo que habían visto hasta el momento. Porque cuando Álex Rubio se presentó a la Primera RFEF aprovechando una asistencia magistral que solo puede salir de las botas de Pedro León, ya daban igual los errores defensivos o el poco protagonismo en el centro del campo.
Ya daba igual que la puesta en escena del Real Murcia hubiera estado muy lejos de las expectativas creadas. Y daba igual porque en el marcador los granas tenían un tanto más que los granadinos, y daba igual porque lo importante ahora mismo es empezar ganando. Y daba igual porque ya habrá tiempo de jugar mejor. Aunque si los delanteros siguen dando la nota, nadie se quejará de partidos como el de ayer en Los Cármenes.
Ocho minutos le bastaron al Real Murcia. Ocho minutos sirvieron para remontar. Dos acciones aisladas condenaron a un Recreativo Granada que hizo muchas cosas bien, pero que cuando encajó el gol de Rodri Ríos poco más que dio rienda suelta a la remontada de los granas.
Y es que no hay nada peor que dudar, y los nazarís dudaron en el momento en el que no se podía dudar. Fue entonces cuando Pedro León, poco activo durante el resto de los minutos, abrió el libro de pócimas mágicas y eligió un pase que más que un pase fue como la estela que dejan los aviones.
Un balón que aprovechaba un Álex Rubio que solo llevaba unos pocos minutos en el campo y que no pudo tener mejor debut. Un jugador, el ex del Muleño, que ya había demostrado cosas en la pretemporada y que ha logrado ganarse un puesto en una plantilla con poco lugar para los experimentos vistos los últimos fichajes y los que dicen que pueden venir, todos ellos contrastados al máximo.
Dos aguijonazos que hicieron olvidar ochenta minutos para olvidar. Porque aunque el Real Murcia inició el partido con cierto dominio, especialmente gracias a la chispa de Carlos Rojas, otro de los que parece querer invitarse a la plantilla VIP que le han construido a Munúa, pasados los veinte primeros minutos solo daban ganas de apagar el televisor.
Habrá que tener paciencia con Montoro si ofrece partidos como el de ayer y tampoco ha sentado bien a Julio Gracia la situación que está viviendo, donde unos días entra en los planes granas y otros está con un pie fuera. De hecho, pese a su titularidad, nadie le asegura que el 1 de septiembre reciba una llamada para entregarle la carta de despido.
Gracia fue uno de los tres que sobrevivió en un once completamente nuevo. También estaban del pasado curso Alberto González, Pedro León y Dani Vega. Pero quitando al muleño, posiblemente los otros dos sean carne de banquillo más pronto que tarde.
Junto a esos cuatro, Munúa alineó en su primer once a Manu García en la portería, Sergio Santos, Marcos Mauro y Marc Baró en defensa, el mencionado Montoro en el centro del campo y arriba Rodri Ríos y un Carlos Rojas que fue la sorpresa, aunque no tanto teniendo en cuenta que en pretemporada ha sido de los más destacados.
Tendrá que darle Munúa una vuelta de tuerca a ese once viendo lo poco que aportaron en este primer partido. Ya se lo dio ayer mismo. Y es que al descanso ya había realizado dos cambios. Julio Gracia y Sergio Santos se quedaban en el vestuario, dando entrada a Arturo y José Ruiz. Y eso que el marcador estaba 0-0.
En vez de mejorar la cosa, empeoró. Porque en el 59, el Recreativo Granada, que ya había tenido un par de ocasiones para inaugurar el marcador, se adelantó gracias a un tanto en propia puerta de Montoro, que desviaba a gol un centro de Mario González.
El susto llevó a Munúa a realizar nuevas modificaciones, pero el equipo seguía sin mejorar, llegando a ver cómo el Recreativo Granada desaprovechaba una ocasión única para poner el 2-0.
En ese instante nadie daba un duro por el Real Murcia, pero el Real Murcia actual tiene muy poco del Real Murcia anteriores temporadas. El Real Murcia tiene jugadores que con solo bostezar pueden cambiar un partido. Es verdad que tendrán que demostrarlo, que no es suficiente con un gol, pero por lo menos solo han necesitado una jornada para empezar a demostrarlo.
Fuente: La Opinión de Murcia